domingo, 29 de abril de 2012

Papel del profesor en la película: Diario de calle.

 Apenas finalizado sus estudios, la joven Erin Gruwell se dispone a comerse el mundo el día que se estrena como profesora en el instituto Wilson. El idealismo de la joven no tarda en tocar fondo cuando se encuentra de frente con lo que será su clase: un grupo de adolescentes que lo único que esperan de la vida es el poder sobrevivir cada día. En su clase contaba con un grupo heterogéneo de los más dispares orígenes: afroamericanos, latinos, asiáticos, delincuentes juveniles, pandilleros y estudiantes de barrios pobres. Lo único que éstos tienen en común es el odio que se tienen entre ellos. La profesora se empeña día tras día en ganarse a sus estudiantes pese al rechazo que estos le hacen al no participar en sus tareas de clase. Erin se da cuenta de que cada uno de sus alumnos lo que necesitan es contar sus historias, historias que cada uno de ellos han vivido y han visto con sus propios ojos. Con esto, aprovecha dichos incidentes y los convierte en dinamicos elementos de aprendizaje. Así se produce una transformación en el aula: los alumnos empiezan a escuchar. Sabiendo que cada uno de sus estudiantes tienen más historias que contar, Erin les anima a que escriban un diario con sus pensamientos y experiencias. Los diarios de los chicos pronto dejaron de ser deberes de clase y se convirtieron en un instrumento de afirmación vital.
Los alumnos estaban tan contentos con su clase y con la metodología que seguía su profesora a la hora de darlas, que exigieron que esta les sigiera dando clase en cursos superiores.
En esta pelicula se puede observar como con mucho esfuerzo y mucha motivación por parte de la profesora y más tarde de sus alumnos y también sobre todo con muchas ganas de sacar adelante cualquier curso, sea ya como en este caso una clase tan conflictiva, todo se puede conseguir, solo hace falta motivación, un poco de esfuerzo y que sobre todo te guste tu profesión...





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